Pablo Neruda/Juan Gress
Áspero amor, coronada con espinas,
flor entre las tantas pasiones,
lanza de dolor y corola
de la cólera,
¿por qué caminos y cómo
te dirigiste a mi alma?
¿Por qué encendiste tus fuegos de
oro en las frías olas de mi
corazón?
¿Quién te enseño los pasos
para que en mí hallas
llegado?
¿Qué flor, qué piedra, qué
mirada te llevaron a
mi guarida?
Lo cierto es que tremuló la noche,
el alba llenó las copas de los
árboles con su vino y el
sol estableció su luz
celeste,
mientras que tú me
enceraste con tus ojos,
hasta lacerándome con
espiras y abrir
en mi corazón un
camino quemante.