Mecía al mar una canción
El canto calmaba su ira
Arrullaba a costa de su vida
Todo camino que transitaba
La melodía indefinible
Se fue al desierto
Reconcilió al calor y al viento
Con una caricia en la espalda
Impregnó, tierras de paredes añejas
Con melodías celestes y rosas
Se posa en donde quiera
Es el aliento de todas las cosas