Angelitos blancos, angelitos negros,
corazones de niños que sueñan
con un mundo nuevo.
Palomitas raudas, palomitas lentas,
y en el dolor del alma
ojitos de niños que miran,
que miran mucha tristeza.
Nubes de agua, nubes de algodon
y en esos tibios ocasos,
voces de niños cantando
canticos de esperanza y de amor.
Rosas blancas, espinas rojas,
y en mi poesia se escucha
clamores de niños que imploran
solo caricias piadosas.