ave cantora, Imagen:Pixabay
Prosa Poética.
Señor mío, Dios mío permíteme agradecer con esta palmada,
vivir en mi, yo diluido en Ti, los golpes de la vida,
sentir tu fuerza, concentrado en ti. Que pide sanar la herida
aliviando nuestra melancolía con los reflejos de otra mirada.
Con la Misión Hermosa do pocos conmueven al mundo.
Ellos, los benefactores, enfocados con amor profundo
Los italianos dotados de poesía, escritores-periodistas,
buscando mejoramiento y de la paz activistas
Julio y Marcela siguen amando a Chile, a trasmundo.
Ángeles de la Guarda que nos brindan amor, consuelo.
Labor social quienes dan apoyo, asistencia para este desvelo,
protección. De divina esperanza nos cubre y basta
yo que lleno de poesía y con el orgullo en la asta
con humildad de hombre castellano no repelo…
Y por estos protectores me declaro bendecido.
Ángeles Benefactores, invisibles, silenciosos
presentes en nuestras vidas. Es difícil no conmoverme
llueve en mis ojos, por quienes cuidan al que se enferme
por su formación humana y sentimientos generosos.
Mi testimonio es que San Nicolás de Bari los bendiga.
Encontramos con el Amor de Dios, dejadme yo lo diga
con indudable pertinencia, así lo explica vuestra alma
la necesidad por la vida y vuestra ayuda os deja en calma
pues a la humanidad la espiritualidad queda unida.
Gracias Julio Araya Toro y Marcela Rodríguez Valdivieso.
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Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
Premio SELAE, 2011.