Hoy amanecí con deseos de pensarte
vivirte, escucharte, contemplarte
y busqué aquel parque que tan nuestro fuera.
El aire entretejía los trinos
con el andar de mis suspiros
mientras caminaba por los senderos
de aquel parque que fuera tan nuestro
cuando el alba ya no parpadeaba.
El silencio era casi un grito
que subía por la alameda hasta el cielo
y el verso empezó a desfilar
al compás del palpitar de mi pecho.
Ese mismo aire se pobló de nostalgias
y me amarré a tu rostro
en un devenir de poemas
en aquel parque que tan nuestro fuera .
Y hubieron remolinos de recuerdos,
que al danzar en mi cuerpo
pude pensarte , vivirte , escucharte
una vez más , en aquel que fuera nuestro parque.