Mi amor es como el océano,
gigante e inigualable,
siempre permanente y siempre presente
en todo momento.
Igual que el océano, profundo y muy peligroso,
infinito de deseo esperando que llegue un barco que decida
infiltrarse en su inmensa belleza,
sin miedo a las múltiples turbulencias que esto lleve.
Como en todo océano hay problemas,
pero después de cada tormenta siempre sale un arcoíris,
sigo en la busca de un simple velero que quiera recorrer las mareas de mi amor
esperando a encontrar una simple tranquilidad con las olas.
Como al Titanic, puede hundirse el amor, pero
nadie sabe en realidad todo lo que pueda llegar a pasar.
Entre ola y marea puede encontrarse la verdadera paz,
no prometo un océano tranquilo,
solo puedo ofrecer algo inmenso en lo cual tu vida pueda navegar.
Súbete a un pequeño barco y deja que mi corriente
te vuelva un naufrago que decida quedarse en el mar de mi amor.