roxagonía.
Es Innecesario Presumir de un amor,
Ya que en cualquier momento un “amor eterno”
puede acabar
y por el dolor que me dejó tu ausencia…
Ya no puedo presumir.
Cierro los ojos, pájaros cantan en la lejanía. La frágil luz de un sol entristecido comienza a apagarse. El astro solar se apaga contra el horizonte como quien apaga un cigarrillo contra el piso. Fuerte y sin vacilaciones, rápido y sin calma. Una lágrima corre desenfrenada por mi mejilla. Tu recuerdo, nuestro recuerdo, el difuso recuerdo de nuestro recuerdo difuso. Sigo el camino de un cariño ensangrentado, sigo recorriendo los pasos de mi propia inexistencia. Una herida sangra, mucho. Me desangro. Hoy he sufrido otra hemorragia interna de poesía, hoy he sufrido una sobredosis intensa de melancolía… y ahora sangro, como un pájaro abatido a tiros, en las hojas blancas de un papel.
¿Cómo empieza y termina un infinito? ¿de qué forma finaliza algo que se creía inconmensurable?
¿Como te dejo ir si no quiero hacerlo?
¿Cómo dos almas tan cómplices pueden volverse tan ajenas?
¿Como puedo amarte tanto?
¿podrás perdonarme algún día?
¿Cómo escaparé de tu ausencia?
¿en qué parte del mundo no estarás tú?.
Recorro el universo al ritmo de tristes pasos solitarios,
expectante de todo,
buscando alguna razón para seguir buscando razones para existir.
Porque así me dejaste cuando me dejaste,
Completamente lleno,
Completamente repleto de vacío.
Tu todopoderosa y dolorosa ausencia apuñala mis noches,
Un feroz suspiro escapa desesperado de mi boca.
Hoy ha nacido otro desconsuelo más entre mis manos,
Hoy ha nacido otro poema en mi regazo,
huérfano como símbolo de identidad,
Amargo como condición misma de la existencia.
Hoy mis versos te buscan,
hoy mis versos han perdido su razón de existir,
Porque tú dejaste de hacerlo.
Y aun cuando ya no estás,
Aún cuando ya te fuiste,
aún cuando ya no existes.
Mis versos siguen siendo tuyos,
Y mis letras aún te siguen perteneciendo.
Bandadas de pájaros negros
vienen a despedirte en un emotivo cántico,
con sus pechos inflados de sangre,
Inflados por una melancolía que se mezcla con la brisa,
Con una pena que se disuelve en el paisaje,
Con una angustia que se disuelve en la nostalgia.
Porque hoy todas las loicas del mundo están expectantes de ti.
Hoy todas las loicas del mundo se desgarran al cantar.
Todos los espacios añoran tu presencia,
Tu silueta se ha convertido en la forma más triste de la historia
Y el vuelo de los pájaros sigue dibujando tu sonrisa en el paisaje.
Hoy solo el llanto hace llevadera la melancolía
Con la que estoy condenado a existir,
Con la que vivo desde que te clavaste en todos los rincones de mi pasado,
Obligandome a sobrevivir como lo hace un viejo,
Tomando vino con sabor a eternidad,
Y fumando cigarrillos con sabor a antaño.
Porque soy como un viejo llorando sobre una tumba,
Estoy en un perpetuo luto por ti.
En una agonía constante,
En una llanto desenfrenado,
como si de tí floreciera toda la nostalgia acumulada en el tiempo,
Porque tu recuerdo, cariño,
Es el epicentro universal de las lágrimas del mundo.
No hay día en la que no esté tentado
de intentar crear esas maquinitas del tiempo,
solo para volver a esas mañanas de sábado,
De varios años atrás,
Y Esperarte en la escalera,
Y ver como caminas hacia la estación.
Solo para ponerme nervioso,
Y esperar impaciente,
El infinito abrazo que ambos conteniamos.
Te juro, cariño,
Que No había sensación más hermosa,
que saber que venías,
De saber que íbamos a encontrarnos,
De saber que ese dia,
estariamos juntos,
Y que no existiría,
Nada más que un \"nosotros\",
Nada más que un \"ambos,\"
En todos los rincones del mundo.
Créeme,
No hay mañana de invierno,
En la que no recuerde tus labios fríos.
No hay mañana de invierno,
Que no recuerde tus brazos abrazándome.
No hay mañana de invierno,
en la que no recuerde tu ausencia.
Después de ti,
pareciera que el mundo a estado en una penumbra constante,
En un ir y venir
De pedacitos de tiempo esparcidos por las calles,
A día de hoy,
Mis días siguen extrañando nuestros días antiguos.
A día de hoy,
mis manos siguen extrañando las tuyas.
Camino por calle con los bolsillos repletos de versos,
Con las manos repletas de una nostalgia gris,
Con el tiempo carcomido por recuerdos interdimencionales,
Y Con la mirada buscando dos pupilas que se igualen a las tuyas.
Es horrible vivir cuando todas mis brújulas están rotas,
Cuando ya no tengo norte, ni destino,
Cuando todo nuestro tiempo está quebrado,
Cuando ya no existe nada más que tu recuerdo incomparable.
Porque ni mil bandadas de los más hermosos pájaros,
Se comparan con lo hermoso que era reír junto a tí.
Hoy existo, porque escribo recordándote,
Hoy existo porque mi nostalgia sigue estrujando tu silueta,
Como quien estruja antiguos instantes marchitos,
Como quien estruja infinitos fragmentos de infinitos.
Y dice:
\"Mujer:
¿Sacúdeme las hojas marchitas del corazón?\"
Mi vida se resume en un arroyo que se pierde en los arenales desierto,
(En el que nunca encontré un pozo),
Como una cascada que se precipita hacia el vacío,
Como un globo azul que compraste, atesoraste, y soltaste
Hacia la nada,
Porque eso soy ahora,
una simple cáscara de carne,
Repleta de aire,
Y que vuela junto al viento.
El otoño ha bombardeado mi cabeza con fúnebres cánticos de pájaros,
con pensamientos y recuerdos
que me hacen volver a esos días en los que fui el hombre más feliz de la tierra, y sin embargo,
nunca lo atesoré.
El antaño me transporta a un pasado en el que sonreía de verdad,
y sin embargo,
jamás me di cuenta.
Hoy soy solo un poeta que perdió a su musa,
un artista fracasado que perdió inspiración,
Un simple pecho destrozado que sufre el des-apego.
Hoy no hay nada que se asemeje a tí,
Ni en lo más mínimo.
Hoy te extraño como nunca.
Y te quiero más de lo alguna vez te quise.
Solo espero que me recuerdes tanto como yo lo hago.
Cariño,
Cariño mío,
El amor es la mejor manera de entender la vida,
Pero la vida no es la mejor manera de existir
Si no existes conmigo.