Un vacío infinito me detuvo…
y se quedó junto a mi toda la noche…
toda la luna…
para hacerme compañía.
Me invitó a compartir con su indolencia.
Ese encuentro secuestró mis emociones…
me llevó por otros orbes.
Conocí el hogar de los supuestos,
caminaba por la nada,
fui a parar en el rincón de los despechos…
donde habitan los espectros del silencio…
y la muda desnudez de mis poemas…
custodiados por temores doloridos…
en la escena angustiosa del rencor.
Voy tratando de olvidarme del pasado…
Insistiendo en salir del infortunio.
Debe ser que hay algo más …
un albor que nos deslumbre …
algún cosmos paralelo,
un país de los encantos.
Me escapé de mi destino.
Espanté a mi soledad…
que no regrese.
Veo al fin una luz que me revive.
Derroté la incertidumbre,
y otra vez me prendí de una sonrisa…
de la dulce sensación de su mirada.