Julio Noel

Los níveos dedos de seda de la noche oscura

Los níveos dedos de seda de la noche oscura

acarician el ardiente carmín de tus pétalos,

entre los efluvios de sus vaporosas manos

se derrite la fragancia de tus rojos besos.

El apasionado aroma de la noche en calma

nuestros labios une en un fulgurante destello

y tu voz se pierde en la lóbrega oscuridad

ahogada por los suspiros que exhala el silencio.

La negra noche refulge como sol en llamas

con el brillo de tus labios rojo terciopelo,

tu fulgente luz diluye en el etéreo espacio

las arreboladas sonrisas del suave céfiro.

Creí ver tus verdes ojos en campos esmeralda

engarzados en los topacios del azul cielo,

dulce fantasma y vaga ilusión de mi mente,

ilusorio fruto de mis azorados sueños.

 

En las alas del viento