Ellie Woonlon

Poema de vida para combatir la tristeza

Él, como un nene, se encaprichó con la vida;

su padre bien le decía que vano era su esfuerzo,

pero él se aferró a una idea sencilla

¡Y así iba regando cada brote pequeño!

 

 

\"¿Por qué todavía riegas todo brote, viejo maltrecho?...

Nada de esto y aquello darán frutos que te beneficien a ti...\"

El anciano meditó un momento y exclamó avivado como el fuego:

\"¡Porque son de un dulzor más exquisito los frutos que no son para mí!\"

 

 

Y cuando le llegó la hora de partir sus palabras fueron las que no hicieron falta,

pues había dejado una huella en el mundo que es concreta e innegable,

y que no alcanzaría a describir en ésta mi humilde carta;

¡oh, el más hermoso jardín colmado de preciosas flores!