Áspera mujer, áspera
como las flores, como
el día.
Tu boca embravecida
contra el bramido
de una tormenta
celeste.
Una ola gigante cae
sobre tu rostro,
y te miro.
Te miro con tus ojos
resaltados de amor,
el agua del río
de tus labios quieren
venir hacia mí.
Mis ojos quieren tus ojos,
mi boca quiere tu boca
y mi cuerpo quiere
tu cuerpo.