ARREPENTIMIENTOS
En la vida, los peñascos reveledores
acontecen incordiosos sin cartel indicador...
En un parpadeo, como eclipse de mi,
tuve ojos testigos de mi cuerpo
y como un oasis pude ver mis años
en un instante, como recitado de alma.
¡Oh, formidables baldázos de cordura!...
Me vi viajar encallado en flaca palidez,
en el confort que presta la vulgaridad.
Encontré en mis hechos y en mis gestos
manotazos atados a rostros de desesperación
perdido en ciegas obligaciones de codicia.
Asumí con mueca mansa rejas y muros,
fuí un doctor graduado en pobreza,
un níquel de tristes formas fugaces.
Absorto por éxito, facilidad y apariencia,
mi creación no concibió mas que oscuridad.
Y pude verme, y quise redimirme del ocaso,
ser profeta de lo sublime, del lenguaje del amor
inventar palabras tan sabias como el silencio,
imaginar itinerarios infinitos de luz, quise ser...
Y me veo aquí y ahora, sabiendo que en mis días,
quizás, el trigo que abrirá las puertas de mi casa,
será la hogaza de pan que ofreciéndola, no comeré...
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A.C.F – MAYO 2020
ARGENTINA