Ya no sé ni que escribirte
me cansa tu indiferencia
eso lo haces con frecuencia
porque te gusta lucirte.
He pensado de mi excluirte
aunque el dolor me sentencia
se me gastó la paciencia
porque gozas al reírte.
Y yo no quisiera herirte
con mi sutil inocencia.
He tenido la creencia
que de ego has enloquecido
y nuestro amor has destruido
igual hasta la prudencia.
Ya no queda ni la esencia
de aquél nuestro tibio nido
ni de todo lo vivido
ya perdimos la cadencia.
De nuestro amor sin vigencia
y del verso no leído.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.