Así se ama a mi edad.
Quisiera amarte como se ama a los 15 cuando el amor es un estado hormonal en estado de cambios, donde enamorarme de ti es una experiencia nueva, donde deseo cumplir esas ilusiones que no tienen fin y descubrir nuevas sensaciones de ti en mí.
Quisiera amarte como se ama a los 20 con dosis de pasión, con locuras de juventud, con besos a flor de piel, con nuestros cuerpos alborotados a cada mínimo roce, con el afrodisíaco de tus besos.
Quisiera amarte como se ama a los 30 con un amor cómplice, con el corazón más maduro, con un futuro más realista, forjando una relación más estable, más seria, más fortalecida y la vida sea una maleta llena de sorpresas.
Quisiera amarte como se ama a los 40; con la sabiduría de la experiencia, donde el diálogo, la escucha, la creatividad, la sensibilidad, la sinceridad, se defina como un amor cada vez más duradero, más sólido.
Quisiera amarte como se ama a los 50 con un mar en calma, con los mejores detalles posibles, con mi deseo de ofrecerte mi mejor regalo como es el tiempo y los momentos que puedo dedicarte, con ausencia de lo material, con la presencia de un nosotros, donde las sonrisas burlen a la monotonía.
Quisiera amarte como se ama a los 60, escogiéndote en todo momento, sin importar si tu piel se agrieta, si estás enferma, si la salud está en tu contra, si crees que el sexo es un mito del pasado, si eres capaz de no pensar en la felicidad, sino de vivirla a mi lado.
Por eso quisiera amarte a cualquier edad, porque somos veteranos de otras guerras, porque tenemos tantas heridas como anhelos, porque quiero que olvidemos nuestros sueños y empecemos a vivirlos.
Te ofrezco un jardín en tu corazón y ocuparme cada día de regarlo, ser capaz de eliminar las malas hierbas y cuidarlo para que tus flores sigan creciendo.
Solo toma mi mano, salta, te espero abajo, con los brazos abiertos, que de tu felicidad me encargo yo.