Ben-.

La raíz de los labios-.

Aunque todo esté dicho,

yo hinco los dientes en fragmentos de cielo,

purifico la raíz en las volcánicas erupciones,

y en la piel, transparente, llevo tatuada la ínfima

parte de mi tristeza.

Salto de sitio en sitio,

recubro de octogonales vértices

las amarguras de mis salivas.

Y en la electricidad de los labios,

donde las membranas de los mamíferos

cubren de lácteos chorros, sus manadas,

yo advierto el sabor que aumenta

expuesto a rupturas y ligazones evidentes.

Aunque todo esté hecho, el atlas se expande

y los ríos reanudan sus vertientes.

La palabra, que todo lo escucha y advierte,

retumba como un friso descolgado, y en las selvas,

túneles de amianto crecen como rígidos besos.

 

 

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