En cada batalla
he recorrido las ganas de ver el sol en silencio
de sentir alegría y alegrarme
y que la única e útil adrenalina
sea la de tocar un suave cabello.
Solo trato de escribir un sentimiento
de convencerme a mi mismo, que ya no temo
que puedo soportar una victoria
sin saber que mañana puede haber una derrota
y que el esfuerzo, este nuestro
haya sido suficiente.
Pido a lo lejos, o a lo cerca
tu voz serena y armoniosa
venga hacia mi recuerdo
con el viento de la mañana.