Carlos Eduardo

S U C E D E

 

 

No, usted vive infantilmente

quiere que lo quieran,

cuando hay que amar

sin pensar en uno.

 

No puede deleitarse,

está centrado en sí.

 

No ha buscado las herramientas

adecuadas,

casi no vive,

es una marioneta del destino.

 

Su suerte está echada

y no hace nada para cambiarla,

se regocija en estupideces,

vacío existencial.

 

Es un simple flotador,

sin la más mínima profundidad,

cree que ganará el cielo,

sus impulsos son nulos.

 

Piensa en sexo,

está en eso constantemente,

es su norte,

no tiene imaginación.

 

Sus dados fueron lanzados

y no lo sabe,

vegeta,

nada ni nadie lo hará abrir sus ojos.

 

Perdido, definitivamente perdido.