Tierra mía y de mi gente
¿Dónde quedó tu valor?
Aquellas risas contundentes
son lágrimas de dolor.
Fuiste un jardín infinito
donde nunca murió una flor.
Ahora eres un desierto
de hambre, sed y dolor.
La lluvia te ha abandonado,
Las aves han emigrado.
Los árboles no florecen
y sus hojas se han secado.
¡Lluvia, lluvia! ¿Qué hemos hecho?
Ya no seas tan indolente.
Nuestra tierra está muriendo
en una agonía viviente.
Los árboles te suplican,
las aves quieren volver;
esta tierra que un día fue fértil
verde quiere volver a ser.