Le robaron la ternura.
mitad de su cuerpo animal
Produce paranoia
hasta la ira.
Ni el icono atardecer,
podría apaciguar
su fuego.
Fuego que calienta e irradia
la piel.
¡Gaviotas blancas vinieron
gaviotas blancas se van!
¡Es un vaivén de la suerte,
yo no poderte amar!