Bien que me cobijas,
al recibir tu protección cada día,
y sentir tu cercanía...
Siendo mi soberana,
cuando tu bendita matinal radiosa,
me sobre ilumina...
Al vivir contento... y rezar viviendo,
unidos del rosario,
con tu Hijo, mi Dios adorado...
Amparo y consuelo,
de mi tiempo sencillo, pasito a paso,
con cada verso un halago...
¡Oh, Dulce María!
Que en tu primor, hermosea este día,
y para ti, es mi poesía...