La aurora derritió una gota de rocío
que rasgaba el carmín nevado de tus pétalos
cuando sonreía con sus labios de amapola
a las blancas fragancias que se llevaba el viento.
Tus ojos derramaron verdes lágrimas
que encendieron la pasión de mis sentimientos,
mientras los corales de tu boca se diluían
en las etéreas alas que agitaba el céfiro.
Una oropéndola desgranó su canto de oro
y una calandria arrojó su cantar al viento,
diamantinas perlas exhalaban las flores que
los claros cristales hundían en el océano.
La sonrisa azul de la brisa del alba
batió su suaves alas en silencio,
mientras tu sonrojada cara de amapola
se escondía tras el níveo carmín de tus pétalos.
En las alas del viento