Pareciera que las horas se amontonan, robando los sueños sencillos.
Aquellos que la mente añora, los de los juegos, los inocentes.
Los de huellas pequeñas en el camino, los de la casa en el árbol
Los de cándidos amores, los de hadas y ángeles.
Mi sueño repetido de una mujer ausente,
Imposible, penetrante. La ignota figura que deambula en las sombras
Mi sueño de huellas errantes, alejadas del camino
Distintas a cada hora, sin destino
Sueño un corazón sangrante, despojado de latidos
Absurdamente vivo, sin paisajes.
Sueño las almas delirantes, adorables
Enjugando llantos, reviviendo amantes
Sueño a menudo, entre rostros y fantasmas
Entre la noche ardorosa y la mañana frágil.
Sueño a veces lo que ignoro, lo que imagino y añoro
Sueño el silencio sonoro, el del pensamiento, el que imploro
Sueño la sonrisa de la amante, la que muda su tez a la virginal mirada
La del eco inocente cuando se entrega, la que suspira, la que adora
Sueño tu nombre sin letras, entre nubes y algodones
Sueño tu estatua en mi esencia, fundida a mis huesos humanos
Sueños crueles, seductores
De cielos pálidos, lejanos
Sueños de lágrimas cautivas, y corazones estrujados
De paisajes sin colores, de placeres sin olores
Sueño que aun vivo, sin acordes, sin canciones
Sueño con días blancos, tibios, arrasadores
Sueño que iluminan los soles
Sueño que estas a mi lado,
Sueño que no te he perdido.