El chat es un torrente
de palabras con ruido.
No estoy acostumbrado,
parece un partido de tenis
sin juez de silla
donde las bolas
están locas
y las frases
se ahogan en un set.
Sin embargo
hay siempre alguien
que te hace permanecer
cuando pensabas
ya marchar
quizás por esa clase
que demuestra
en sus subidas a la red
y sus voleas
de revés
a media pista.