Regrese por un momento a mi niñez arrinconada,
sacudí mis pertenencias,
y su acuarela despintada desplegó sus fantasías.
Me encontré con mis zapatos desuelados...
la pelota desinflada...
los juguetes estropeados.
Me encontré con la camisa de cuadritos...
toda vieja y desteñida...
sola y triste estaba allí...
me esperaba en el baúl de los olvidos…
con olor a la humedad de mis tristezas.
El sacón de cuero negro...
mi ostentosa pertenencia,
lentejuelas color plata,
fue el atuendo refinado de mis sueños postergados.
Y mis botas de culebra…
sin dudar las consentidas.
Todo estaba en el baúl de las memorias…
casi intactos,
no han cambiado casi nada.
El color en el espacio se ha sombreado amarillento,
un matiz como cansado...
tono sepia corroído,
pero tiene la vigencia de ilusiones demoradas…
que aún viven mansamente en mi memoria,
y se aferran de esperanzas.
No quisiera prescindirlas de mi vida,
pareciera que pudiesen encenderse todavía.
Ahí están entre mis cosas añoradas...
mis delirios suspendidos en el tiempo,
remembranza que hacen eco en mis adentros.
Es difícil dar la vuelta…y renunciar,
enterrar las ilusiones de mi infancia.
No podría abandonar esta nostalgia...
forma parte de mi historia,
y es lo único que queda de mi esencia.