Ya fui rama,
ya fui fruto.
De su alma
conservo, parciales
evocaciones de su ministerio
sobre la tierra. Océanos
o islotes desechos,
no remitirán mis ansías.
El odio, no formará
arrecifes de coral
cerca de mi anhelo.
Ya fui rama,
fruto esencial
entre conversaciones
de madrugada.
Noche fui-.