DILEMA.
Estoy frente al dilema de amarte,
de seguir tu calvario en mi vida
y en la disyuntiva de olvidarte,
mi alma niega tu despedida.
Es que dicen que no puedo amarte,
y habrá alguna superficial razón,
¿Pero cómo decirle al corazón?
¡Qué es pecado mortal desearte!
Y es que ante el juicio de todos,
el amor se cimenta en papel,
sin saber que de todos modos,
libre se ama con contrato o sin él.
Es criminal el juicio sin razón,
que implacable condena,
pero en esa aparente sinrazón,
la pureza del amor impera.
Te amo vida con el alma plena,
con esa propiedad sin pertenencia
y no me importa juicio o condena,
porque amar es sublime vivencia,
no sentencia ni mundana indulgencia.
Y si tú me amas como yo ferviente,
amémonos sin recatos ni prudencia,
sin temor a un pecado inexistente,
que no peca el amor en la conciencia.
Autor: Víctor A. Arana
(VICTOR SANTA ROSA)
Junio 22 del 2014.