Un alma experimenta por vez primera
Alas desplegadas que le han sido dadas
Levanta el vuelo, no hay regreso,
Sin voltear al orbe perecedero.
No habrá rumor que perturbe su gozo,
Ni más aflicción, ni dolor ni trabajo,
Se va de viaje, al descanso deseado
Allí en mansión gloriosa es esperado,
Todos los santos han sido invitados.
Por valle tenebroso es transportado
Más seguro camina rodeado de luz
Transitando en victoria hacia la eternidad
Del triunfo de Cristo, investido es.
No hay fuerza humana que se interponga
Ni gravitacional que le detenga
Hay una inercia, de poder ineludible
Que nos aleja, de la tierra hacia el cielo.
Siervo de Cristo dichoso tu eres
Obediente en el tiempo el terreno sembraste
Los frutos guardados en granero fueron
Sustento seguro ahora tú tienes.
Llevas contigo riquezas, que nadie arrebata,
En cada pieza tu nombre grabado,
Amaste sabiduría dejando camino de necios
Ahora disfrutas, de Dios recompensa.
Vuela alma, vuela a los brazos del Señor
Reposa en aposento de galardonados
Espera que pronto tus hermanos vamos,
Ya que la vida es como una flor
A la mañana florece a la tarde es cortada y muere
Reflexión ofrecida por Moisés el amigo de Dios.
Más allá del cielo azul,
Voces añadidas de regocijados cantores,
Potencializan el coro universal;
Unidos todos en bello canto
Alabando por siempre al que nos redime,
Al Cordero inmolado que vive y reina,
¡A Jesucristo el Salvador!