Muy a pesar de las dificultades
que debo superar todos los días
viven dentro de mis melancolías
alentando esas mil oscuridades;
nada me han regalado las edades,
añicos se tornaron, alegrías
predominaron esas travesías
de la ilusión: sus rudas verdades;
mucho lloro al quedarme tan vacío
al verme suspirar a cada instante,
confrontar el latente desvarío
con que suele vivir mi pecho amante:
y, sin embargo, tú, dulce amor mío
sigues y seguirás siempre distante...