Llueve afuera…
gimotea en la ventana de dolor.
Lluvia intensa que salpica de tristeza mi nostalgia
y apurada va anegando
los paraguas empapados de aflicción,
con aroma a humedad.
El reflejo de una sombra agonizante
se ha dejado traicionar
con su promesa de volver.
Arco iris deslustrado,
abanico blanco y negro
esperando que se inflame
de algún tono mentiroso
que disuada este holocausto,
insalvable de ansiedad.
Se anegó por todos lados…
hasta el alma está inundada
de total desolación
por un coro de apatías y abandono
que fatiga mi destino moribundo…
sin ningún remordimiento ni atrición.
Mis palabras naufragaron
en el charco de esa lluvia indeleble,
y mi voz atropellada
solo espera que se esparzan los recuerdos
sobre el limbo de tu ausencia...
para echarte al abismo del olvido…
sin boleto de regreso…
y enterrar tu amor extraño …
diluyendo tu espejismo de una vez.