Ay! que triste vida mía...
siempre aparece un nuevo día
vital, brutal,
como si yo no mereciera amanecer.
El sol viene a iluminar
cuerpos que no tienen sombra,
ni palabra, ni anhelo,
la sorpresa de tus labios
es lo que se ha quedado atrás...
Me derrite
y me deshonra
con su triste
inaplacable alfombra
y saber que encandilado
mi presente y mi pasado
lo que he dicho y lo que he hablado
en el camino se ha quedado...
El pecado es sólo un faro
para quien quiere caminar,
no hay que cojear,
hay que ser hombre,
adonde?
donde nadie tiene oprtunidad
de ser?
de que?
de algo...
del tacto que te da tu humanidad...