Asklepios

Incluso antes del primer respirar

Incluso antes del primer respirar

 

de la luz, tú ya estabas allí.

 

Habías depositado sobre los senderos

 

cálidos de tu independencia

 

los vagos ciclos de la calma universal.

 

Quisiste contrarrestar los fríos y marchitos

 

eclipses marinos, deseosos de huir hacia

 

un futuro mejor.

 

Fue entonces, cuando el extravío de los

 

amaneceres comenzó a bailar con la nostalgia

 

y yo me rendí a tu amor. Un amor prohibido que,

 

por siempre, será mi pecado.