Izandro

Mi Principio y Mi Prólogo

 

Quererte como aliento ahogado en el silencio,

Como rocío plañidero sobre las rosas,

Quererte en tu amoroso latido sobre mi pecho,

Y en el tibio abrazo sin decirte cuanto te quiero.

 

Quererte bajo la sombra de un Ponciano,

o bajo el manto del abrigo de tus brazos,

Quererte en la distancia que me mata,

Y en la cercanía de nuestra piel, que aún es distante.

 

Quererte por tus recuerdos, por tus risas y tus besos,

Quererte toda, por trocitos mordidos en el tiempo,

Y por el tacto aromado,

De tus manos en mi pecho.

 

Quererte...

Como si nunca antes de ti hubiera querido tanto,

Porque fuiste mi principio,

Y hoy eres mi prólogo sacro.

Quererte de esta forma y a mi manera,

Porque no hay poema donde no te piense,

Ni alegría donde no recuerde tu sonrisa,

Porque quererte como mi principio y mi prólogo,

Ha sido lo mejor que se haya escrito,

Quererte porque eres Musa y Dátil fresco entre mis labios,

Y suave caricia de cariño...

De tu Amor sobre mis manos.

 

Quererte así...

Como el principio de mi todo en las mañanas,

Y el prólogo de mi Alma, en cada madrugada.