LeAnDro silencio es salud en soledad

Sin consuelo…

Sin consuelo…

Los sentimientos fluyen tristemente cuando la lluvia no puede dejar de cesar, es inevitable detener su paso abrumador, como es inevitable que mis ojos se impacten sollozos contra tú pecho, mientras hago mi reclamo, a puños cerrados comienzo abatirme contra tus hombros, exclamando con mi voz titubeante que comienza a resquebrajarse como un trozo de papel, intento mirarte fijamente a los ojos y no me prestas atención, como de costumbre. Es ahí, cuando apartas la mirada, enciendes esa frialdad malvada, comenzando a hendir con esa daga envenenada, la cual hace fluir su veneno con el sonido frio de tú voz, una vez más, me condenas nuevamente a vivir en el desprecio que emana ese desdichado corazón, como si la culpa fuese mía, sabes bien que esta maldita desgracia te perseguirá por el resto de tú vida. Ese será mi triste consuelo, ya que te es imposible cerrar una etapa, la cual tiene su peso en años, la culpa ya no puede ser mía, por quererte tal cual sos, en el fondo lo sabía, que aquel amor a mí no correspondía y aunque sané todas tus heridas, en cada lluvia perdida, tú hiriente voz me marchitaba otro día, vuelco mi vida en este pedazo de papel, como aquel vaso de vino que se derrama sobre el mantel desteñido, vos sabias que su destino era caer hacia el suelo donde mi cuerpo yacía sin vida, dejándome en silencio por última vez.