\"Cien años yo te esperaría...\",
dicen ciertos jóvenes creyéndolo \"¡guau!\".
Aquellos que apenas conocen las palabras de verdad,
pues pareciera que ladraran al azar.
Y qué gracia da, se olvidan en tres días...
Sólo comprometen a la mente, imaginativa, será...
Porque el tiempo que conozco es otro, real.
Yo nunca podría recorrer cien años de longevidad.
Y si todavía llegara a esa edad...
¡Ni de forma física o mental!
Yo no te esperaría jamás.