Jorge Horacio Richino

EL AVENTURERO

 

 

Ya no recorro este mundo en aventuras

pues mis huesos herrumbrados no se animan,

setenta y cuatro almanaques cargo encima

y por cierto está oxidada la armadura.

 

Supe afrontar con valor las contingencias

que en el trayecto me imponía el destino,

mas circula ahora un virus asesino

y aconsejan que marchemos con prudencia.

 

Ya no veré a los piratas del caribe

ni a las tribus cazadoras de cabezas,

no me veré peleando con fiereza

con aquellos que hacia el mal son muy proclives.

 

Ni siquiera combatiendo a los beduinos

que asaltaban con crueldad a los viajeros

y tampoco con mi traje de torero

enfrentando a un toro bravo y asesino.

 

No surcaré más por el mundo los mares

por tropezar con lejanos continentes,

ni andaré con mi camello por oriente

por sajar la cabeza de algún tuareg.

 

Podrán verme ahora como un prisionero

que ignora encerrado cuál es su destino,

pues quiso el albur poner en su camino

la cruel penitencia de un germen artero.

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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