NO LLORES.
No quiero ser llorado,
ni por ti ni el hortelano,
una vez yazca ya enterrado,
solo dime adiós con tu mano.
No acaricies la sepultura,
ni lloren lágrimas tus ojos,
lanza un beso con dulzura,
cual ofrenda a mis despojos.
Anda, gózate… Se dichosa,
la dicha enterrada no queda,
porque la vida es cual rosa,
que cuanto más se le poda.
… Tanto más se recupera.
No visites nunca el osario,
donde no encuentras nada,
visita si, tu corazón a diario,
y ve si mi alma fue olvidada.
Autor: Víctor A. Arana
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Abril 24 del 2020.