...Y yo creí en la amistad...
Tonto... fútil intento de los simples
de burlar el muro que separa,
y cuyos clavos las carnes de los crédulos
sin tregua desgarran...
Creer que las almas de igual o aparente tesitura
se conjugan creando experiencias hermosas
indelebles y tiernas...
Creer que puede el rico con el pobre
el negro con el blanco
el lerdo con el sabio
el siervo con el amo,
amalgamar sus causas,
yuxtaponer comunes intereses,
sin que Mercurio con sus alas mezquinas
establezca las reglas del juego.
Sin que el instinto del lobo
cobre sus altas tasas,
o subyacente desprecio
aflore sus vilezas soterradas.
... Y yo que pensé posible
la existencia sana
de esa palabra sacra...
Amistad la llaman...
Esa fuerza, dicen, que indisoluble torna
la relación humana.
Y que es prosa y es poesía
es música y es danza...
Sólo eso, fantasía,
sentimiento que se anida
en las cumbres de un Olimpo,
reino de engaño y farsa.
Dos y dos son cuatro
en buena matemática,
lo demás es pura fábula.
"El amigo", ese ser de otro planeta
cuya nave no ha encontrado
donde posar sus alas.
Ese etéreo, incorpóreo
portador de las "Buenas"
de su exclusivo disfrute,
y que comparte presto
las experiencias malas.
Ese es el amigo pregonado
que de amistad revienta
cuando de ti reclama?...
Pero, te ignora
y sutilmente te rechaza
cuando a sus puertas llamas,
o simplemente como necio te reputa,
soñador de teóricos sentires,
inoportuno de mente obnubilada.
Y yo creí en la amistad.
Palabra hueca y vana...
Pura farsa....
R. Gruger / 2-6-83