Guardián De Ángeles

La calidez de nuestras almas

Tu creciente amor y afán por nuestro encuentro
satura de conjeturas a tu díscolo pensamiento,
yo, hoy sujeto manos ajenas, por no amarnos,
tú, contienes la avidez que está latente,
fraguas mil maneras para soslayar los celos,
y en el acto te percibo atrayendo mis atenciones,
¿cuando por fin uniremos nuestros universos?,
¿quieres que seamos amigos?, no puede ser,
si te amo y me amas debemos soportar dilaciones
hasta el día que sea yo sólo de ti y tú seas mi mujer.


¿Por qué tanto te demoras en expresarme
lo que sientes por mí?, somos más que amigos,
por esa sensación en nuestros vientres
cada vez que preso de ti logras verme,
si nuestros ojos entretejen tiernas miradas,
la calidez de nuestras almas circundan
a tu cuerpo en las álgidas noches,
que ocultan pasiones retenidas desde nuestro ser,
transformando la estancia de invierno
en planicie de primavera con efluvio floral.


Si el ventarrón austero te congela, tierna mía,
en tus desvaríos de horas nocturnas y me buscas,
sueña con levitar y matar las historias ásperas
dónde hemos actuado sin rumbo ni maestro,
hagamos, bello ser, que nuestros besos y caricias
sean el motor que impulse nuestro viaje
hacia el cosmos, degustando de los deleites
de un nuevo sol, prescindiremos de valijas
y seremos etéreos descubriendo al infinito,
ya no habrán más tinieblas… sólo el terso
devenir del edén entretejido por tu voz y mi voz.


De forma inadvertida irrumpí en tu vida,
inyectando en tu ser las ansias de libertad,
para colorear tu cielo con la tinta que comparten
nuestras almas, llega conmigo la quietud
para tus días desconcertantes, todo en mí
es para ti fuente de pasmosa emoción,
en mí se cifra tu existencia y la mía
encuentra su razón de ser en ti,
y aunque te tardes en venir a mí, la porfía
por tu advenimiento conduce mi proceder,
hasta el día que juntos emprendamos el trayecto
hacia el destino de un eterno amanecer.