REFLEXIÓN
SOÑE UN MUNDO HERMOSO
Ayer soñaba con un mundo hermoso, en el que todos seríamos hermanos. La palabra “crueldad” no existiría, y nadie dañaría a sus semejantes, pero me equivoqué.
Hoy la desilusión me nubla el horizonte, la razón, yo no entiendo porque tiene que suceder así. No logro vivir con tanta barbarie. Mis ojos no quieren observar de nuevo esas imágenes sangrientas de los desdichados soldados que un día se dejaron embaucar por los más poderosos y desalmados dirigentes de la tierra.
Les dijeron, ¡¡¡luchareis por la paz, por nuestro pueblo y nación!!!
Inocentes, se creyeron héroes, libertadores, héroes y libertadores ¿de qué, de quien?. No sabían que su lucha no tendría fin, que no acabaría en ningún tiempo. Porque los poderosos nunca están satisfechos, siempre quieren más, no importa a costa de que sangre ganen la batalla, ellos siempre tienen sed de poder.
Mis oídos no quieren escuchar más balas sìlbando buscando el blanco del más débil, ni bombas explotando, ni escuchar los gritos de dolor de una madre enloquecida, un padre abatido, y un hermano sollozando.
Ya no quiero saber que hay gente con la amenaza continua de los misiles malditos, como ese que a tantos inocentes les arrebató su vida, o los hogares, dejándoles como único cobijo las nubes llorando de dolor.
Ya no les queda nada, tan siquiera dignidad.
No quiero pensar que hay niños sin futuro, sin niñez. Siempre ignoraran el significado de la palabra “Paz”.
Crecerán hostiles, resentidos, oprimidos, y mañana, ¿qué será de ellos mañana? ¿cómo actuarán?, si no conocieron mas cielo que el iluminado por las bombas, no vieron un árbol crecer, ni tierra cultivar, ni tuvieron la ocasión de una rosa admirar.
¿Que esperaremos de ellos en el mañana?