Prefiero sentirme triste antes que preferir tu clamor mentiroso, antes que volver a equivocarme:
Estar en paz conmigo mismo,
Antes que deshonrarte.
Ponerte en ridículo ante todo tu engaño, y cobrarte todas las lágrimas que descienden como un suspiro continuo.
Prefiero sentirme triste, antes que responder con orgullo ante mis lágrimas que no niegan nada de nada.