migreriana

Fuego

Se enciendía, se veía nítido y la abrazaba

dentro de su imagen rodaba por la cintura,

desbordaba el límite, se encolerizaba el aura,

inexplicable el exabrupto, el desliz de esa palabra,

Él la tocaba, apenas su roce tornaba el calor,

la envolvía como para un arrullo

 y luego el temblor hacía lo suyo,

Desde su mirada hacia el contorno.

no dejaba  los instantes en el margen,

él era su epicentro, desde su corazón la pasión

lo hacía vívido, se sentía Baco en su sangre.

Por eso lo eligío y lo sabía, le gustaba quemarse.