Por tanto venerar mujeres exquisitas
que llenan corazón con pétalos de flores;
me nacen con ardor mis versos soñadores
que llevan el candor de blancas margaritas.
Delirios de soñar pasiones infinitas
despiertan del amor sus vivos resplandores;
por tanto venerar mujeres exquisitas
que llenan corazón con pétalos de flores
Sus fuegos de volcán, con llamas muy benditas,
me dan con su calor los mágicos fervores
que me hacen navegar por mundos de colores:
¡Y vibran de emoción mis venas sibaritas
por tanto venerar mujeres exquisitas!
Autor: Aníbal Rodríguez.