ENTRE NOSOTROS
Desgárrame si quieres pero no te será
tan fácil derrotarme ahora que has venido
por otra atroz batalla para velar mi nido
con esas intenciones que la vida te da.
Déjame sin aliento, mas juro que no habrá
ni una mísera lágrima que pueda haber vertido
para calmar tu sed, solo oirás un tañido,
un timbre musical inquieto en mi sofá.
No puedo ver tu imagen aunque siento tus pasos
en cada amanecer clavada en el dolor;
y mis ojos abiertos expresan tus fracasos.
Descarga toda furia que estaré sin pavor
allí, en la ofensiva, con mis restos escasos,
pero irás sin mi alma: ¡yo seré vencedor!