andrea barbaranelli

passer mortuus est

Lugete o Veneres Cupidinesque

passer mortuus est

(Llorad, las Gracias y los Cupidos

el gorrión se ha muerto)

Catulo

 

 

Como a un príncipe etrusco

en su hermoso sarcófago

sepultamos en un caja de cerámica

pintada e historiada

preciosa

a nuestro humilde gorrión

nuestro pobre gurriato Cerecito

rescatado en el balcón de la casa

una mañana de mayo

desgreñado y aterido

caído del nido

escapado

quién sabe cómo

milagrosamente

a las garras de los gatos

alimentado

por nosotros los niños

con las cerezas

de las que se reveló goloso

gorjeando por todas las piezas

recogiéndose

solo al anochecer

en su jaulita

con la portezuela siempre abierta

dialogando con los dos periquitos

encerrados en su jaula

estirados y exóticos

pero pasmados

alelados

esa tarde

cuando

al volver a la casa

lo encontramos muerto

después de una agonía

que ciertamente había sido

terrible

en una criatura tan diminuta

un copo

de plumas

un esqueleto minúscolo

aéreo

liviano

con apenas

un poco de carne en los huesos

si los dos periquitos

únicos testigos

habían quedado aterrados.

 

Lo sepultamo

con todos los honores

en un sarcófago digno

de un príncipe etrusco

en la tierra de la huerta

abandonada desde hacía años

desde antes de la guerra

bajo la casa

con pompa de lágrimas

mi hermano y yo

a nuestro gurriato

Cerecito

arrancado

a nuestro cariño

de niños

por el destino común

a todos nosotros los vivientes.

 

Lugete o Veneres Cupidinesque.