La partida física
deja al descubierto,
en cada detalle,
la presencia de lo ignorado.
En el lugar mágico
de mis sueños
aparece tu ausencia.
La monotonía,
cargada de fantasmas,
te dejó escapar;
mientras la soledad
te devolvió a mi lado.
La lejanía
alimentó mi amor
que te acercó
en mi tristeza.
Como brisa suave,
tu alegría
Tocó mi ser.
Haces vibrar mi corazón
que como flor
abre sus pétalos
pigmentados de mi sentir.
El reencuentro
de nuestras almas,
reconocieron
nuestra misión pendiente.
Tú
eres la sobredosis de amor
que cambió mi existencia;
tomados
de la mano de Dios,
hemos encontrado el camino.
Abrazados,
cada uno,
de su cruz,
soltamos las cargas
dejándonos hechizar
por el afecto profundo,
para vivir al máximo
cada detalle
oculto en la cotidianidad.