Son huellas invisibles que han quedado impresas,
Nos hablan sin palabras y orientan la razón;
Son huellas que sí vemos, pero que no sabemos
Que son el sentimiento que mueve al corazón.
No están en el recuerdo, nacieron sin memoria,
No están en nuestra sangre, tampoco en las neuronas;
Ajenas a sí mismas, carentes de consciencia
Marcan el derrotero de nuestra existencia.
Cualquiera que nos sirva de buen o mal ejemplo
Y aún en la inconsciencia, quien siembre una semilla,
Ha de ser un maestro, alguien a bendecir
Porque trae consigo la ventaja de la vida:
El poder de enseñar para uno mismo decidir…
Magnolia Stella Correa Martínez
Colombia
2019