Antes de conocerte tú ya estabas en mis poemas
el suave tacto de tus labios parecía dictarme
desde un lugar oculto
unos versos que nada tenían que ver con el presente
sino que eran una ensoñación de todos los tiempos
unidos
como un abrazo entre todas las criaturas del mundo.
Antes mi vida era una colmena de víboras
que atacaban cada poro de mi felicidad
pero tú ya estabas allí, el instinto de que algún día llegarías
para calmar la sed de las heridas
el hambre de belleza que corría por mis venas.
Por eso cuando llegaste
el milagro fue cercano
nada pareció más lejos de mí ni de ti
sino que todo fue junto en un nuevo amanecer a la dicha
que ya mis palabras llenas de ti
habían anunciado.