Dicen que la paloma
sólo ve en una dirección.
Dicen que el siervo fiel sólo a un amo toma,
pues de haber dos, ni con el uno ni con el otro
cumplirá su función.
Dicen del amor
que un potencial ilimitado es.
Y dicen que la fidelidad es de tontos y de débiles;
una cárcel, y no la clave para ser felices.
Dichoso el que reconocer lo verdadero puede
y sabe lo que tiene;
abrazar lo bueno con ambas manos debe
y el futuro no teme.
Fidelidad es no mentir.
Fidelidad es lo prometido cumplir.
Fidelidad es la ley del amor no infringir.
Fidelidad es buscar y encontrar la integridad.
Fidelidad es seguir la verdad.
Fidelidad es no engañarse ni engañar.
La fidelidad es como la paloma, blanca y pura,
mansa y llena de ternura.
Y como el fiel sirviente,
con su propósito siempre en mente.
Como una cualidad del amor,
está dotada de fuerza para fungir sin temor.
Es cosa de sabios y de fuertes,
que no creen en las suertes,
sino saben
que el camino se traza
y el campo se siembra,
y a donde se iba se llega,
y, a su tiempo, la buena cosecha se siega.
¿Cárcel o casa?
¿Esclavitud o entrega?
El que con los ojos no mira
hasta la locura llega.
El que la fidelidad no ve y abraza
por lo vano y engañoso se ciega.
La paloma que a tiempo el vuelo no alza
fácil presa es del animal de caza.
¡Extiende tus alas y vuela!
... respetando la ley de la fidelidad
encontrarás tu libertad
y así lograrás: la felicidad.