Despertar, es duro.
Duro, porque duele...
cuando caes en la cuenta
de que lo que creías,
no era cierto.
Confrontar la realidad.
La cruda verdad,
detrás de palabras huecas,
insípidas.
Es similar a ser traspasado
por 300 flechas
que se incrustan en el corazón
tan profundamente que hieren el alma.
El sueño...
soñar es hermoso,
soñarte fue hermoso...
soñar con un nosotros
fue lo más bonito.
¡Por Dios que lo fue!
Podría jurarlo...
pero sería en vano.
Estoy aquí.
Y miro a mi alrededor
y todas las personas que dijeron
quererme, amarme.
No están.
Sin embargo, no las juzgo,
no las culpo,
no me enojo.
No.
Y tampoco me arrepiento
de quererlas y amarlas
porque de algún modo
en los momentos a su lado,
compartiendo, sonreí e intenté
mostrarles lo que creí conveniente
que conocieran o creyeran de mi.
Por eso, no las juzgo...
porque de todos modos,
al final, las personas interpretan
el cómo eres a su manera.
Despertar, es necesario...
me era necesario.
Porque es bueno aprender que,
lo que es necesario está sobre valuado
y porque antes de creer en las promesas
y palabras lindas...
cada persona debe estar
lo suficientemente despierta
para ver que las acciones
son más valiosas que mil poemas
dedicados en su nombre.
De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )
Escrito el 08/06/20 10:32pm
Publicado el
06/10/20
09:00pm
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