Zoraya M. Rodríguez

**~Novela Corta - La Virgen sin Velo - Parte VI~**

Cuando Zoila de la Cruz, sólo se sintió sola, huérfana en la soledad, y sin la equidad de un sólo tiempo entre su alma y su corazón. Y se hallaba en la hacienda entre granos de café, y su estancia, estaba entre dos polos opuestos. Entre Fabio Cazuela quien le daba todo el amor y la pasión ardiente que ella necesitaba y Humberto de la Paz, quien ella no amaba, pero, le brindaba toda la paz que ella buscaba. Y era Zoila de la Cruz, la que quería más a Fabio Cazuela, pero, era un amor que no podía ser y todo por el estatus social que marcaba trascendentalmente una escala de uno al diez. Era extremadamente muy pobre, y hurtaba de la vendimia de Don Gregorio en la hacienda “La Estocada”. Y ella se encontraba en “La Estocada”, pues, ella se sentía muy bien entre aquellas enaguas de sus trajes el frío necesario para permanecer allí. Cuando en el tiempo, sólo se llevó una manera cruel de percibir el instinto, y tan distinto como cualquier razón. Cuando en el desenlace se siente y se percibe, como el mismo sol en cada caricia del alma fugaz. Y era el destino que se dió como el ave poder volar lejos. Y se fue el destino fugaz por el tiempo adherido de una paz consecuente cuando él, Humberto de la Paz, le brindó paz y más le ofreció lo que nunca. Cuando en el tiempo sólo en el deseo de ver el cielo, se volvió tenue y opaco, y de gris tormenta cuando socavó intermitentemente la osadía de ver el cielo de gris de Zoila. Cuando sólo el desierto fue así, como el invierno, como la fuente de mala inspiración, cuando fue el desafío insistente de ver el cielo con tempestad. Cuando en la jaula se dió una manera cruel de ver y de sentir el reflejo de sentir y de percibir el desastre único de tener el rostro en cada espejo en el mismo corazón. Con el mismo coraje de saber que el destino es el desierto sin saber que en el camino se encierra de deseos. Cuando en el ambiente se tornó de fríos y escalofríos inconsecuentes y tenues, como el ir y venir de la hacienda “La Estocada”, cuando Zoila de la Cruz le dieron un ultimátum de casarse con Humberto de la Paz. Y Humberto de la Paz, sólo debió de creer en la posible posibilidad de casarse con Zoila de la Cruz, con el respaldo de sus padres Doña Ramona y Don Gregorio. Y así le pide la mano de Zoila de la Cruz a Don Gregorio, Humberto de la Paz. Cuando en el desierto se vió como el mismo invierno, tan pasajero como el equinoccio aquel. Cuando pasó de estación, sólo lo que hubo fue presencia, y más ausencia de la que debía de percibir. Cuando en el ámbito personal, Zoila de la Cruz, caminó hacia los arbustos aquellos detrás de la verja de cemento, y del aquel acantilado. Cuando llegó Zoila de la Cruz entre aquellos arbustos del cafetal, sólo se dió lo que más se llevó una insistencia a viva voz. Y estaba allí Fabio Cazuela, ¿qué casualidad?, cuando se amaron por aquella vez, ¿última vez?, quién sabe. Y no era demasiado el atributo dentro del marco de espera por amarse uno al otro, sino que era un marco trascendental, hacia la manera de nunca olvidarse jamás. Cuando en el reflejo del espejo del rostro se vió que la morena de ojos café, quería y amaba más a Fabio Cazuela que a Humberto de la Paz. Y era así, que la muchacha deseaba más a Fabio Cazuela que a Humberto de la Paz, por su carácter y su manera de sentir y de ver la vida. Y era así, como la costumbre de ver y de sentir el pasaje de creer a ciencia cierta lo que percibía más y más. Cuando en el desierto se dió lo que más poseía ella, una virtud y una decencia que perdió por jugar un juego y no saber ganar, sino que perdió lo que más quería, ¿y lo perdió?, creo que no. Pues, su esencia se la entregó a quien ella correspondía más y amaba más, a quien ella debía de querer sin conciencia ni con un espíritu ensordecedor que le atormentaba bastante con las miras de saber que en el desierto se veía una luz y una pequeña lucecita que se creía en el desierto que era la luna perdida y asombrada por tanto en que se amaban Zoila de la Cruz y Fabio Cazuela. Él, le indaga a Zoila de la Cruz, que se vaya con él a vivir a su choza, pero, impertinentemente, siendo un desastre de un mal hombre, amigo y compañero. Como que el triunfo se debió a que en el ámbito terrestre se dió lo que más se debía de alterar más. Cuando en el ambiente se dió lo que más se creyó en el alma un silencio automatizado por haber perdido una virtud que quizás es o era todo para una novia vestida de blanco. Pero, Zoila de la Cruz, no imaginaba, no pensaba, no creía, en eso, sólo en el amor puro e inocente de Fabio Cazuela. Y así que lo era, pero, él nunca logró pensar en llevarla de la mano hacia el altar por su condición social que lo mataba a espada y a muerte fría. Cuando en el altar de la vida, sólo se aferró a detener la esencia y la ausencia de un altercado entre los padres de Zoila y ella. Y se dió lo que nunca, tomó sus cosas en una maleta de gris, y decidió marcharse con Fabio Cazuela, mirando hacia el horizonte, y hacia el presente de toda una vida sintiendo el desafío incongruente, de todo el amor que ella poseía en el amor de un sólo tiempo. Cuando en el ingrato porvenir se dió lo que más quería y anhelaba Zoila de la Cruz un amor como el de Fabio Cazuela en el corazón de ella. Se vió pasar el invierno, y llegar el desastre de sentir el calor como el frío inerte en la piel. Cuando por casualidad era el 1890, cuando en Yauco era el cafetal su producto más vendido, y más distribuido comercialmente para aquel tiempo. Cuando en la alborada se vió lo que más se electrizó, cuando en el ámbito se dió a todo un sol como la manera de creer en el amor. Cuando en el instante se dió lo que más encrudece el tiempo y del aquel ocaso y tan frío. Y se fue la muchacha con Fabio Cazuela hacia su choza. Hacia su destino prometedor, hacia la luna o el sol, pero, hacia el porvenir más cierto. Cuando el futuro lo veía acogedor y prometedor, pero, no era así. Cuando en el corazón sólo se vió el destino crudo de una sola realidad y que no era muy bueno.

                                                                                           

 

Continuará……………………………………………………………………………………….